Adicciones: sin agenda de precandidatos

El fentanilo, una pandemia que exhibe el fracaso rotundo de la lucha antidrogas en México, su consumo representa un riesgo latente de violencia, inseguridad y salud pública por el repunte de muertes por sobredosis, y la lucha sangrienta entre los grupos criminales que se disputan las plazas de distribución. En 2022, según datos de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) revelan que el consumo aumentó 72%, particularmente en las ciudades fronterizas con Estados Unidos, tales como Mexicali, Tijuana, San Luis Río Colorado, Nogales y Ciudad Juárez.

Por meses, el presidente descarto que hubiera una crisis de consumo en el país, a diferencia de los Estados Unidos, donde por este opioide mueren 200 personas diarias por sobredosis; además negó en todos los foros que se fabricara en territorio nacional, culpó a China de la producción del mismo.

Como toda mentira dura hasta que la verdad llega, la evidencia de organismos oficiales y organizaciones internacionales demostraron con datos irrefutables lo contrario, cárteles mexicanos producen el fentanilo de baja pureza en laboratorios clandestinos, una vez confeccionado se cruza hacia los Estados Unidos.

La décima edición del Índice de Paz México 2023 del Instituto para la Economía y la Paz (IEP, por sus siglas en inglés) señala que tanto las incautaciones como los casos de sobredosis de esa droga sintética se han incrementado en el país. En los primeros cuatro años de la actual administración federal (2019-2022) los decomisos de fentanilo en la frontera entre México y EUA aumentó 300%, mientras que las incautaciones en los puntos de entrada a territorio estadounidense se dispararon en más de 200% el año pasado en comparación con 2015.

A pesar de la reiterada negativa del presidente en reconocer que se consume fentanilo en México, el Índice de Paz también señaló lo contrario, si bien el informe plantea que el número de sobredosis de fentanilo en México aún es menor en comparación con Estados Unidos, también alerta que entre 2019 y 2021, la cantidad de personas tratadas por sobredosis aumentó en un 636%; la mayoría de esas sobredosis se concentraron en Sonora, Baja California y Sinaloa, acumulando 115 de los 184 casos registrados en el país.

Incluso previo al encuentro con el presidente Joe Beiden a prinicipios de mes, negó que hubiera consumo, producción y tráfico, a lo que la crítica de congresistas estadounidenses no se hizo esperar, muy a su estilo los tachó de “intervensionistas”. Después de la guerra de declaraciones bilaterales y la evidencia oficial mostrada, el mandatario tuvo que reconocer que si hay consumo, producción y tráfico.

Lo más alarmante, es que no salimos del fentanilo cuando ya llegó una droga más potente, lo nuevo del mercado se llama “tranq”, que mezcla xilozina, un sedante de animales con fentanilo, cocaína y heroína. Su consumo se ha incrementado recientemente en Estados Unidos. La mezcla tiene consecuencias que provocan que la piel se pudra, por lo que también ha sido calificada como “droga zombie”, dispara la euforia y el ánimo de las personas que la consumen, debido a la fusión con diferentes opioides, en su mayoría en estado líquido. Los efectos se producen al consumir la sustancia tomada, fumada, inyectada o inhalada. Hoy, en 50 estados de la Unión Americana ya se encuentra esta droga, de la que también se presume la responsabilidad de tráfico y distribución los principales cárteles mexicanos.

Basta de negar la realidad, de echar culpas al pasado, de protagonizar capítulos de corte electorero, ocupémonos en lo que realmente importa, las nuevas generaciones las estamos dejando morir, y con ellas la sociedad entera; hasta hoy ningún aspirante a la presidencia de la República, de ningún partido político, ha tomado el tema como suyo, pareciera ser un tema irrelevante. Como dijo el escritor alemán Eckhart Tolle: “Toda adicción comienza con dolor y termina con dolor”.

Por un México sin adicciones, Sumemos Voces.

Basta de negar la realidad, de echar culpas al pasado, de protagonizar capítulos de corte electorero, ocupémonos en lo que realmente importa, las nuevas generaciones las estamos dejando morir, y con ellas la sociedad entera; hasta hoy ningún aspirante a la Presidencia de la República, de ningún partido político, ha tomado el tema como suyo, pareciera ser un tema irrelevante”.